Para mostrarnos algo de aquel mundo contamos con Oski, quien sabía documentarse perfectamente a la hora de tocar distintos temas históricos. Pero no con la bibliografía del momento en que se realizaron las siguientes ilustraciones, sino con la contemporánea al tiempo al que se refiere. Por ejemplo, en este caso, sus fuentes fueron (entre otras) el Nouveau Larousse Illustre (1900) y la Revista Científica de la Naturaleza (1878).
Es que Oski, con gran sabiduría, percibía muy bien que no era necesario apelar a la técnica del chiste en estos casos. Bastaba con mostrar a los personajes tal como los describían aquellas viejas publicaciones. Con eso (y la calidad de su dibujo humorístico, por supuesto) era suficiente para lograr que resulten graciosos a nuestros ojos de hoy, habituados a otras costumbres. Tan graciosa (y patética, convengamos) como resultará nuestra actualidad para los ojos de quienes transiten el siglo XXII...
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