Entre los múltiples elementos que pueden poblar la escenografia de una historieta, ilustración o chiste, figuran los árboles. ¿Qué se puede decir sobre ellos de interesante? A veces figuran y pasan inadvertidos porque el centro de la historia tiene el foco en otro lado, otras no tienen cabida aunque la escena se desarrolle en una calle, parque o lugares similares (pero muchas veces esta ausencia tiene que ver con el propósito del dibujante de no dispersar la atención o con la idea de no agregar objetos que no aportan demasiado). Sin embargo, como suele decirse, cuando hay talento puede sacarse agua de las piedras. Y eso es lo que hacen, por ejemplo,
Oski y
Garaycochea, quienes (cada cual con su particular estilo) nos demuestran que el dibujo de un árbol puede estar cargado de gran belleza y creatividad.
Oski
Garaycochea
Imágenes pertenecientes a los libros de Oski
Vera Historia de Indias (Lumen, Barcelona, 1975) y
Comentarios a las Tablas Médicas de Salerno (Lumen, Barcelona, 1975). En el caso de Garaycochea fueron extraídas de
Los deportistas son una risa (De La Flor, Buenos Aires, 1981) y
¿Dónde vamos a parar? (Epidauros, Panamá, 1984).