Los caminos de un dibujo original de la historieta argentina pueden implicar particularidades emparentadas con lo azaroso, en especial cuando consigue finalmente llegar a manos de un coleccionista que ama estos tesoros de los grandes maestros.
El siguiente dibujo fue la ilustración de tapa de la revista La Barra de Pascualín número 15, fechada en septiembre de 1959. Un par de meses después el autor, Héctor Torino, le obsequiaba el original a Antir (seudónimo de Antonio Irrera), entonces joven colega (unos 27 años), amigo y colaborador en su editorial... dedicatoria e indicaciones para la publicación incluidas.
La obra estuvo en su poder durante muchas décadas, hasta que hace muy poco un comprador y vendedor de muebles antiguos la consiguió, a través de un familiar de Antir, junto a una vasta colección de historietas.
Y, esas cosas, tuve la oportunidad de contactar a Sebastián (el vendedor) tras una compra en un conocido sitio de comercialización de nuevos y usados. De allí surgió el tema del mencionado dibujo, de cual podría ser su precio y de la posibilidad de un interés mío por el mismo. No le sugerí valores porque los desconozco, además de tener los mismos su carga de subjetividad. Y a la vez tampoco me ofrecí a comprárselo porque no me dedico a coleccionar originales ni estaba en condiciones de pagarlo. Así el asunto, la obra fue subida a tal página a un precio bastante exigente.
En el medio de la situación, vía mail y Facebook conversamos del tema con Marcelo Kirby, querido amigo del Grupo Quinterno, quien ya era poseedor de bellas ilustraciones del creador de Patoruzú y Mazzone. De allí al contacto entre ambos hubo solo un paso. Pero la chance de adquirirlo se tornó complicada debido a la amplia diferencia en pesos entre lo ofrecido y lo pedido. Por este motivo, la negociación se estancó y la tapa de Pascualín siguió flotando entre amarillos colores...
Sin embargo, pasó el tiempo y no hubo ofertantes; por lo que Sebastián decidió avisarle a Marcelo que aceptaba su ofrecimiento. Con una alegría enorme, pero con dificultades para encontrarse debido a las distancias, terminé oficiando de intermediario (ad honorem...) para retirar la obra. Y este domingo 27 Marcelo recibió el preciado trofeo en un café de Villa del Parque.
Quisiera resaltar su gratitud haciendo mención a los hermosos obsequios comiqueros que recibí. No era necesario, porque sabés Marcelo que el hecho de que tu ilusión se haya vuelto realidad era suficiente recompensa para mí. Después, hubo tiempo para los cafecitos y para las fotos de recuerdo con la obra...
Antes de encontrarnos, resultó inevitable sacarle unas tomas para reproducir aquí y compartir los detalles del dibujo y los textos de Torino. Y como yapa, va la portada de la revista correspondiente, respetuosa de tales indicaciones.
En tanto, Marcelo ya estará pensando en el marco, el passepartout calado, el vidrio... y en lucir con orgullo en la pared de su hogar esta imagen tan valiosa como mágica, que él sabrá perfectamente cuidar para que perdure en el tiempo.
Y, esas cosas, tuve la oportunidad de contactar a Sebastián (el vendedor) tras una compra en un conocido sitio de comercialización de nuevos y usados. De allí surgió el tema del mencionado dibujo, de cual podría ser su precio y de la posibilidad de un interés mío por el mismo. No le sugerí valores porque los desconozco, además de tener los mismos su carga de subjetividad. Y a la vez tampoco me ofrecí a comprárselo porque no me dedico a coleccionar originales ni estaba en condiciones de pagarlo. Así el asunto, la obra fue subida a tal página a un precio bastante exigente.
En el medio de la situación, vía mail y Facebook conversamos del tema con Marcelo Kirby, querido amigo del Grupo Quinterno, quien ya era poseedor de bellas ilustraciones del creador de Patoruzú y Mazzone. De allí al contacto entre ambos hubo solo un paso. Pero la chance de adquirirlo se tornó complicada debido a la amplia diferencia en pesos entre lo ofrecido y lo pedido. Por este motivo, la negociación se estancó y la tapa de Pascualín siguió flotando entre amarillos colores...
Sin embargo, pasó el tiempo y no hubo ofertantes; por lo que Sebastián decidió avisarle a Marcelo que aceptaba su ofrecimiento. Con una alegría enorme, pero con dificultades para encontrarse debido a las distancias, terminé oficiando de intermediario (ad honorem...) para retirar la obra. Y este domingo 27 Marcelo recibió el preciado trofeo en un café de Villa del Parque.
Quisiera resaltar su gratitud haciendo mención a los hermosos obsequios comiqueros que recibí. No era necesario, porque sabés Marcelo que el hecho de que tu ilusión se haya vuelto realidad era suficiente recompensa para mí. Después, hubo tiempo para los cafecitos y para las fotos de recuerdo con la obra...
Antes de encontrarnos, resultó inevitable sacarle unas tomas para reproducir aquí y compartir los detalles del dibujo y los textos de Torino. Y como yapa, va la portada de la revista correspondiente, respetuosa de tales indicaciones.
En tanto, Marcelo ya estará pensando en el marco, el passepartout calado, el vidrio... y en lucir con orgullo en la pared de su hogar esta imagen tan valiosa como mágica, que él sabrá perfectamente cuidar para que perdure en el tiempo.