Una revista que hizo historia, un nombre inolvidable y un humorista de los grandes de verdad. Todo confluye armoniosamente cuando nos referimos a Tía Vicenta. Transcribo el texto publicado en el Facebook de Landrú:
Tía Vicenta vuelve para quedarse. Este sábado 9 de mayo, la señora gorda más famosa del país se incorporó al Paseo de la Historieta. La estatua de Tía Vicenta los espera en Juana Manso y Azucena Maizani (entre Starbucks y Persicco), Puerto Madero. Grande, Landrú!
Felicitaciones a Landrú (a quien ya se le había dedicado un mural en el mismo Paseo), a su familia, a los escultores y a los hacedores del Paseo de la Historieta, con Horacio Maradei a la cabeza. Le agradezco mucho a la Fundación Landrú la invitación recibida y mil disculpas por no haber podido asistir.
La siguiente biografía pertenece al sitio del Paseo de la Historieta:
https://paseodelahistorieta.buenosaires.gob.ar/
Juan Carlos Colombres nació el 19/01/1923 en Buenos Aires. Se especializó en humor gráfico y escrito. Sus obras, de corte sociopolítico, están impregnadas de ironía e incluyen representaciones caricaturescas de dirigentes políticos y actores de la vida pública.
En 1947, mientras aún trabajaba en la revista Don Fulgencio editada por Lino Palacio, comenzó a editar su propia revista humorística llamada Cascabel. Por temor a la censura, Faruk, hijo de Lino Palacio y muy amigo de Colombres, le sugirió que utilizara un nombre ficticio diciéndole que cuando usaba barba tenía un rostro muy similar al asesino serial de mujeres francés Henri Désiré Landru.
En 1957 fundó la revista Tía Vicenta. Luego se desempeñó en las revistas Gente y Satiricón y en los diarios El Mundo (1960-67) y Clarín (desde 1975).
Publicó los libros Landrú se fue a la guerra (1964), Las clases magistrales de Landrú (1972), La razón de mi tía (1988), El humor privatizado (1990) y Landrú por Landrú (1993).
El humor gráfico de Landrú incluso puede superar a su humor escrito ya que, como Oski, se ha basado en dibujos aparentemente sencillos en los cuales muy sabiamente se dan las deformaciones necesarias que caracterizan a logradas caricaturas.
Landrú ha recurrido muchas veces a genuinas metáforas visuales.
Uno de los rasgos más típicos en las caricaturas gráficas de Landrú es la presencia de un gato dibujado con una amplia sonrisa y los ojos abiertos con mirada pícara, tal gato se halla casi siempre cerca de la firma, como si el felino representara al humorista siendo testigo de un mundo absurdo al cual se observa y soporta a través del humor.
Miembro de la Academia Nacional de Periodismo. Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Recibió los premios: Medalla de Oro (Asociación Argentina de Dibujantes (1948, 1954 y 1971), Argentores (1963), ADEPA (1967-1974) y la Orden de los Caballeros de San Martín de Tours, entre otras distinciones.
Visitar:
http://www.tiavicenta.com/
http://www.lanacion.com.ar/211741-tia-vicenta-la-joya-de-la-familia
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