Maestros

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viernes, 29 de abril de 2011

Del Papel al Movimiento (IV): Buenos Aires en Camiseta

Alejandro del Prado (Calé) fue un humorista gráfico y dibujante rosarino que retrató como nadie las características del porteño a través de su "Buenos Aires en Camiseta", publicado en Rico Tipo desde los 50 hasta 1963 (al fallecer el autor con tan solo 38 años).

De su obra hay mucho para decir y mostrar. Eso será un poco más adelante. En este caso, he escaneado un par de páginas de su trabajo correspondientes al Libro nro. 2 de Buenos Aires en Camiseta ( Spot Producciones, sin fecha, aunque presumiblemente de la década del 60) donde se verá que las cosas hoy en día han cambiado bastante, aunque algunas no tanto; para acompañar al texto que sigue y a la película misma (subida a YouTube por ViendoaPepeBiondi, de quien desconozco su verdadero nombre pero al que hay que agradecerle de verdad que haya compartido este material tan valioso. Fue grabado a su vez del programa Caloi en su Tinta y a pesar de que la calidad no es la mejor, vale la pena verlo).

Por ahora, basta agregar que fue unos de los cortos exhibidos en la reciente muestra de OSDE "Nos tocó hacer reir", junto a Upa en Apuros.


Lo primero que debería decirse es que este cortometraje de 1963 no es - en rigor - una película con personajes en movimiento. Se trata de la captura de imágenes fijas, con los que se han realizados paneos, acercamientos, alejamientos, etc. No soy un conocedor de estas técnicas, así que invito a quien desee hacerlo a dar un explicación más acertada y exacta.
Aquí transcribo, entonces, el reportaje que le realizó Ana Bianco (Página/12, 9 de septiembre de 2009) al realizador del film Martín Schor y a María Ester Pérez de Del Prado, viuda del dibujante:

En charla con Página/12, Schor y María Ester Pérez de del Prado, albacea de la obra de su marido, transmiten su visión del film –que el historietista no pudo ver terminado– y comparten en el presente un documental, actualmente en proceso de edición, que resignificará a Calé.

–¿Tenía una relación personal con Calé antes de filmar?

Martín Schor: –Ninguna. Pero leía su historieta Buenos Aires en Camiseta en Rico Tipo y me preguntaba: “¿Cómo sabe este tipo lo que pasa en mi barrio y en mi casa?”. En la revista me dijeron que Calé no trabajaba hacía rato y me dieron su dirección con un encargo: cuando lo encontrara, tenía que decirle que se diera una vuelta. Fui a su casa, me atendió María Ester, su esposa, y me enteré de que su marido estaba escondido, que no quería recibir a nadie; estaba cansado de dibujar y la situación política de la Argentina lo afectaba. Fue tres meses después del golpe del ’62. Al mirar los dibujos me di cuenta de la relación que tenía él con la realidad del país. En sus dibujos subyacentemente hablaba de los pobres y de la clase media baja que nunca recibía nada, que no se podía ir de vacaciones ni comprar regalos a sus chicos. El representaba al hombre común.

María Ester Pérez de del Prado: –Calé era cada vez más exigente, estaba rodeado de gente del ámbito cultural, escritores y músicos, y eso le pesaba. Hacía bocetos y más bocetos y después calcaba sus propios dibujos para no retocarlos. Buscaba la perfección en el dibujo, se pasaba noches enteras sin dormir y fumando cigarrillos baratos. Cuando en 1994 vinieron a filmar del Ministerio de Cultura de la Nación, les mostré los bocetos y quedaron impresionados del proceso hasta llegar a un dibujo. Los hacía en papel transparente porque no quería retocar.

–¿Cómo vivió Calé la filmación del cortometraje?

M. S.: –Empezamos a trabajar con los originales, que eran grandes, y además él consolidó alrededor de ocho estilos a lo largo de diez años. El último estilo era extraordinario, no podía realizar un corto de 20 minutos con todos los estilos. La película no es didáctica, cuenta la vida de la gente a través de los dibujos de Calé. Tuve que empujarlo porque él no quería volver a dibujar, pero terminó y pude filmar. Estuve seis meses mirando cerca de 5 mil dibujos y pude elegir un principio, un final, y decidir cómo los iba a usar. Les di un orden a los dibujos que estaban todos desperdigados, eliminé los textos y los globitos, que en el corto nadie podría ver, y usé la voz en off de un locutor, Jorge Raúl Baltallé, quien a su vez hacía las voces de todos los personajes.

M. E. P.: –La película era un trabajo más. El le estaba escapando al dibujo, pero yo le decía: “Te está esperando Martín”. El (Schor) empezó a venir más seguido y se comía unos buenos plantones esperando en la puerta de casa que Calé empezara a ponerse en marcha, porque era medio “lenteja” para caminar y para todo. El corto se hizo por la paciencia de Martín.

–Schor, ¿cómo se las arregló para darle movimiento a los dibujos?

M. S.: –En enero del ’63 filmé dos semanas. El problema es que en este tipo de dibujos con líneas blancas y negras la cámara no logra la percepción y se produce un fillage, un temblequeo. Lo consulté a Birri, quien había filmado La primera fundación de Buenos Aires en color con dibujos de Oski, y él me mandó a verlo a León Ferrari a Castelar, para pedirle la mesa que él había usado para filmar. Ferrari la había armado en su taller en un tablón enorme de dos metros, para poner los dibujos. La cámara estaba montada en dos rieles con patines e iba y venía hacia adelante y hacia atrás. Para la toma vertical no había problema; para la horizontal, los movimientos los hacía el tablero. Ferrari me armó la mesa y la llevamos a un estudio; había dos pibes que manejaban los rulemanes para mover el panel de madera que se apoyaba y se movía. Adelqui Camusso, que hacía la luz y manejaba la cámara, decía: “¡Ya!”, se paraban todos y la imagen quedaba perfecta. Calé llegó a ver la película muda.

–En los créditos aparecen figuras del tango como Horacio Salgán, Astor Piazzolla y Aníbal Troilo, entre otros. ¿Cómo dio con ellos?

M. S.: –Por Calé. Elegimos los temas con el sonidista y musicalizador del corto, San Salvador Viale. Calé me mandó a verlo a Troilo, a Piazzolla y a Eduardo Rovira para pedirle autorización para usar su música. “A Salgán ni vayas a verlo porque es un amigo y no habrá problemas”, me dijo. Me pregunté cómo conocía a esas figuras del tango, porque nunca hablábamos de música...

M. E. P.: –Mi hermano, Roberto Pérez Prechi, era bandoneonista de Osvaldo Fresedo y un arreglador muy reconocido. Con Calé frecuentaban el Bajo y los cabarets. Calé ya era amigo de Piazzolla, de Salgán, de Leopoldo Federico. Admiraba tanto a Horacio Salgán que fue su representante, aunque Calé no servía para representar a nadie.

–Schor, ¿en qué etapa se encuentra su documental Calé: Buenos Aires en camiseta?

M. S.: –Intento mostrarlo en su época y demostrar que fue un visionario. Empecé el proyecto en el 2003, obtuve el crédito del Incaa y estoy editando a pleno desde el 2006. Las películas de historietas que se filmaron, incluidas las norteamericanas, tienen un 10 por ciento de historieta y 90 por ciento de gente hablando. Filmar dibujos presenta complicaciones técnicas. Y encima me metí con Calé, que en lugar de tener dos o tres personajes que lo caracterizaran, desplegó una cantidad de dibujos que representan a una infinidad de personajes.




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