Maestros

Maestros

jueves, 23 de septiembre de 2010

Payada Diabólica (IV): Patoruzu apuesta algo más que su dinero.

La nueva estrategia del Diablo consiste en que Isidoro lleve a su ahijado a una timba, con la idea de hacerle "jugar hasta el poncho". El indio acepta, pero tiene una carta "bajo el poncho"...

Ada Falcón: Tal vez esta entrada no tenga nada que ver, pero...



Anoche, en el programa de Telefé Lo que el tiempo nos dejó - donde el tema fue la particular vida de la cancionista Ada Falcón- participaba mi primo Javier Vargas como integrante de la orquesta típica. El es un excelente bandoñeonista y viene creciendo constantemente. Recordaba entonces, haber visto hace un par de años el muy elogiado documental Yo no sé lo que me han hecho tus ojos, también sobre la vida de Falcón, donde el título se refiere al vals del mismo nombre, composición de Francisco Canaro -tormentoso amor de Ada - inspirado, según dicen, en los ojos verdes de la cantante.

¿Y esto qué tiene que ver con la historieta humorística?. Ocurre que de a poco vengo catalogando material de mis revistas y de pronto recordé que en una ¡Aquí Está! venía un artículo sobre Ada. Tras la película antes nombrada me interesó mucho su misteriosa vida y por eso, en este número de la revista (242, del 12 de septiembre de 1938), además de consignar que aparece Conventillo (de Torino) , un dibujo de temática política de Villafañe y una ilustración humorística de un tal Hugo Mantecón, marqué un comentario sobre Ada Falcón.

Por ese entonces, Gardel ya había muerto y la artista estaba a pocos días de desvincularse laboralmente de Canaro, probablemente - y de acuerdo con la obra que interpretaron magníficamente Julieta Díaz y Leonardo Sbaraglia - porque en cuanto a sentimientos la sangre ya había llegado al río. Por eso es que lo que comenta el periodísta en el artículo no debe ser casual, más bien un síntoma claro de lo que a ella le estaba pasando.

La cuestión es que gracias a la búsqueda específica de historietas humorísticas, hallé este bello material. Es una pequeña muestra del poder de la investigación, de cómo se pueden ir atando cabos, haciendo deducciones, encontrando aspectos impensados. Porque además, también me ha sucedido el hecho inverso: buscando artículos históricos, me he encontrado con revistas o libros donde algunas de sus ilustraciones son, por ejemplo, caricaturas políticas (necesitaba datos sobre los escritores exiliados en Uruguay durante la época de Rosas y hallé una nota sobre dibujantes en la misma condición, con las respectivas caricaturas burlándose del Restaurador).

Este tipo de trabajos suele ser arduo, tedioso si se quiere, pero cada vez que se produce un hallazgo, la felicidad es maravillosa.