Maestros

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miércoles, 27 de marzo de 2013

Inodoro Pereyra XL




A lo largo del tiempo, los mayoría de los dibujantes humorísticos argentinos han preferido llevar al papel historietas de corta lectura: una tira, dos, de una a cuatro páginas páginas, etc. Algunas de las muy conocidas excepciones son las que han salido del lápiz de Dante Quinterno y Manuel García Ferré a través de sus ya clásicas aventuras, de aproximadamente  60 a 90 páginas . Esto no significa que en ocasiones no hayan probado con versiones de menor aliento, pero su sello distintivo pasaba por el primero de los casos comentados. Otros, como Torino o Mazzone, alternaron lo extenso y lo breve. Pero, como decíamos al comienzo, la preferencia pasaba por no extenderse demasiado: Lino Palacio, Quino, Divito, Caloi, Liniers, Tute, Crist y tantos otros han optado por esta posibilidad.

Por supuesto que si entramos en detalles y sutilezas, tendríamos decenas de  historietas que analizar en relación a este tema. Pero, por el momento, lo dejamos para otra ocasión ya que ahora nos vamos a centrar en un caso bastante particular : Roberto Fontanarrosa y su Inodoro Pereyra.
Es sabido que el famoso gaucho ha estado casi siempre diagramado en una cantidad similar de viñetas o cuadros (salvo en los comienzos, donde la historia se extendía un poco más). Si la cantidad de páginas se modificaba, esto más bien se debía al mayor o menor formato del medio donde aparecía. Así,  se le dedicaba una página en Hortensia o en Viva, media página era suficiente para un viejo suplemento a color del diario Clarín, o la cuenta se estira a tres en el caso de las recopilaciones editadas en los pequeños libros de Ediciones de la Flor.

Sin embargo, allá por 1976 - más precisamente un 2 de julio - en la portada de la revista Siete Días Ilustrados (472) se anunciaba el siguiente suplemento especial, de inusuales 16 páginas: "Inodoro Pereyra - Desde este número, lea las desopilantes aventuras de El Renegau contra el Escorpión Resolana".
En efecto, en el centro del ejemplar y en tamaño algo menor que éste se presentaba el primero de los capítulos . Lamentablemente, aún no he podido dar con el siguiente número de Siete Días. Y no solo para saber cómo siguen las peripecias de don Inodoro sino para constatar que se siguió publicando. Esto expresado en base al hecho de que - si no me equivoco - en el gran libro Inodoro Pereyra 20 años no figura esta historia.
Por un lado entonces, la curiosidad de un personaje de Fontanarrosa alejado de su esquema de siempre. Por otro, la oportunidad de una lectura distinta del Renegau. Claro que lo que permanece invariable es la creatividad del Negro: su capacidad para narrar, una extensa y rica gama de personajes y algunos detalles más. Pero - sobre todo - tengamos en cuenta que si en sus aventuras habituales podíamos llegar a reírnos sin parar, en este caso (con no menos de treinta gags) sería conveniente implementar algún sistema parecido al que usaron los muchachos de la selección de fútbol en Bolivia, no sea cuestión de que nos quedemos sin aire...


















¿Continuará?


Nota: Leer los comentarios, ya que a través de una precisa nota de Christian "Dipi" Di Pasquo (del excelente blog Lápiz y Papel) tenemos la resolución de este tema. ¡Gracias, Christian!