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domingo, 26 de enero de 2025

Tóxico y Biberón (III: Detalles)

 



Para concluir esta serie de entradas, vuelvo a un aspecto al que ya me he referido en otras historietas o tiras: algunos de los detalles que, de todo buen dibujante, se pueden destacar. Y que mostrados mediante viñetas ampliadas, nos permiten disfrutar de la maestría que exhibe: el ambiente entre lúgubre y siniestro del espacio donde Tóxico vive o se mueve, los distintos puntos de vista, una luz sugerente que -ubicada en el momento adecuado- intensifica el dramatismo (remitiendo a ciertas escenas del cine clásico) y, en especial, la mirada del protagonista (que ocupa un lugar determinante, Biberón es solo su acompañante y antagonista). Completan sus sorprendentes manos, cuando están tomadas desde el primer plano. Si a la distancia parecen amablemente graciosas, en la cercanía se tornan mucho más realistas y son demostración, como sus ojos, tanto de muy oscuras intenciones como de un sufrimiento oculto.
También sorprende en ocasiones la distancia entre sus planes (que pueden incluir, por ejemplo, asesinar a su propio hijo) y el desenlace finalmente humorístico. "¡Maldición maldita!" suele expresar Tóxico, y solo él sabe desde que profundidades de su alma surgen esas quejas. Quizás el objetivo cómico final, más que frustrarlo, lo salva y le concede la necesaria humanidad a su figura.


















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