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viernes, 18 de agosto de 2017

Las historietas de Héctor Sídoli (I): Jopo y Rollito (Jopo, el reportero)




A Héctor Mario Sídoli (1923-2006) se lo recuerda por haber sido el socio de Guillermo Guerrero en la revista Lupin (de la que obviamente fueron cofundadores, y que editaron junto a Divito).
Asiduo colaborador de diversas revistas, también fue el creador de un buen número de historietas (las cuales, como bien explica Siulnas, le sirvieron como vehículo para canalizar su afición al aeromodelismo, la electrónica, la óptica y la fotografía).
A continuación y durante las próximas entradas, nos adentraremos en los personajes de Sídoli, quien solía también firmar con los seudónimos Dol o Tito Sol. 

Comenzamos con Jopo y Rollito, publicada en el Suplemento de Piantadino 1966 (Libro de Vacaciones) -esto es, el mismo año en que apareció el primer número de Lúpin- y que presenta una característica bastante habitual en algunas de aquellas ediciones especiales (en particular las producidas por Mazzone y Torino): la alternancia de una doble página en blanco y negro o sepia con otras dos a un color.
Jopo y Rollito se convertiría  poco después en Jopo, el reportero.







 

 




 





viernes, 21 de junio de 2013

Portadas de Adolfo Mazzone para sus revistas (II: Piantadino)





Piantadino era el presidiario infaltable de las páginas de Rico Tipo. Más adelante, cuando tuvo una publicación que llevaba su nombre, paso a ser una suerte de detective acompañado de un ayudante lllamado Pocoseso (presente en la mayoría de los ejemplos que siguen). Un común denominador para todas las tapas: los protagonistas en peligro ante los delincuentes de turno...


1961

1964

1966

1966

1966




lunes, 29 de abril de 2013

Cuatro momentos de Capicúa (II): Rayo Rojo y, más tarde, la revista propia


El número 1 de la revista de aventuras Rayo Rojo llegó a los kioskos el 10 de octubre de 1949. De tamaño muy pequeño (18x8cm) debido a que era hecha con papel sobrante, apenas podía albergar dos o tres historias donde cada tira ocupaba toda una página. Más tarde - en tiempos de la crisis del papel (1953/4) - , se angostaría hasta los 14x6cm.

Capicúa, como parte de algunos de los cambios en el contenido de la publicación, fue anunciado en el número 32 (15 de mayo de 1950) y al siguiente entraba en acción. El desarrollo tenía una extensión de dos páginas, esto es, dos episodios o tiras. Allí se mantuvo un tiempo relativamente prolongado.
Si bien los argumentos mantienen las características conocidas, vemos al protagonista mucho mas locuaz y participativo aunque sin perder esa dosis de distracción que suele jugarle a favor (como comentábamos en la primera parte de este tema).
Los siguientes son algunos ejemplos de esa época, entre los que se encuentra la presentación de la historieta:


Nº 32 (15-5-1950)


Nº 41 (17-7-1950)


Nº 43 (31-7-1950)


Nº 50 (18-9-1950)

A fines de esa misma década, Capicúa - con Mazzone como editor - pasó a ser el "dueño" de la publicación donde participaba. "El índice de la estatua" fue el primero de los relatos. En los comienzos compartió título con Piantadino (como si se tratara de dos revistas en una), para después solo llevar su nombre. Los acompañaban, entre otros, Lúpin y Afanancio. Como novedad, estas aventuras cubren una mayor cantidad de páginas:  así  - desde 1939 - el autor debió adaptarse  a variados formatos, reto que cumplió con habilidad notable. A la vez, se mantienen los rasgos de carácter del protagonista anteriormente apuntados. Con el tiempo algunos de los colaboradores de Adolfo se encargaron de los dibujos de la historieta, pero la ilustración de las tapas siguieron siendo obra de aquél.

En este caso, junto a las tapas de los números 1 y 28, hemos subido la aventura (sin titular) correspondiente a este último. Se trata de una historia plagada de gags, donde la acción y el interés no decaen en ninguna de sus 17 páginas. Allí nuestro héroe junto a Olegario y Bambufoca pasan de investigar una serie de atentados en un circo a formar parte del show, con las consecuencias que tal situación traerá. En el medio, un enigmático y algo molesto personaje será a la postre una pieza clave en la resolución del conflicto.

Octubre 1959

Diciembre 29 de 1960




















Bibliografía:

Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo: Historia de la Historieta Argentina, Ediciones Record, 1980.

lunes, 27 de agosto de 2012

Cuatro momentos de Afanancio

En 1941 Adolfo Mazzone lanzó su historieta Piantadino en el diario El Mundo. Más tarde (1944), la misma pasó a publicarse en Rico Tipo. Junto al penado de particular habilidad para fugarse, convivían un grupo de personajes secundarios entre los cuales se encontraba Afanancio. Como vemos, los nombres elegidos tienen orígen en el lunfardo, facilitando su utilización en el lenguaje cotidiano de la gente. Sin dudas, se trató de uno de los grandes aciertos de Mazzone.

Pero volvamos a Afanancio: como su nombre lo indica, es un ladrón que, con o sin necesidades de por medio, encuentra en el robo una particular diversión y su modo de sorprender a la gente a la manera de una simple broma. No es todo. Muchas veces ejerce la profesión a pesar suyo, como si una fuerza indominable lo condujera, de tal manera que él mismo suele asombrarse de lo que - de pronto - tiene entre sus manos. Sin embargo, puede llegar a actuar (muy a conciencia) como un Robin Hood porteño. Querible cleptómano, es hábil y veloz como ninguno.

Las imágenes que siguen corresponden a distintas etapas de la historieta, explicadas al pie de las mismas. Tengamos en cuenta algunos detalles:
- Afanancio comienza vestido de preso, luego utiliza un piloto, más tarde un saco con una remera a rayas (que sigue delatando sus intenciones) y finalmente una polera que le otorga un aspecto más cercano al ciudadano común. Estas características tienen su correlato en su manera de proceder: desde un ladrón entre rejas hasta un sobrino con cierta dósis de arrepentimiento en base a los consejos de su tía Inmaculada (nombre que se las trae, dicho sea de paso), llegando - en ocasiones - a darle una mano a la mismísima policia (¿y perdiendo así parte de su natural encanto?).
- La gorra es la única característica de su atuendo que se conserva a lo largo del tiempo. Es el elemento que lo define, aún a costa de sacrificar (ante los lectores) la mirada. Por lo tanto es la boca la que se hace cargo de transmitir sentimientos y sensaciones. Mientras que el cuerpo, pleno de movimiento, vivacidad y plasticidad (aspectos que Mazzone dominaba como pocos), complementa a la anterior en esa faz expresiva.


Izq:Afanancio como personaje secundario (Rico Tipo nro. 31, 1945). Der: En la misma revista (nro. 171, 1948), ya con tira propia




Entre fines de los 50 y comienzos de los 60 Afanancio participa algo tímidamente de las páginas de las recién llegadas publicaciones Capicúa y Piantadino. Esta historia pertenece al nro 1 (1959) de la primera de las mencionadas






Finalmente, el simpático ladrón tiene (desde 1963) revista propia: En este caso la aventura corresponde al nro. 9 (1964). Más tarde, el autor delegaría la tarea de realizar la historieta a sus colaboradores, dedicándose casi en exclusividad a ilustrar las tapas


Imagen a color: Afanancio nro. 6 (1963)